lunes, 24 de julio de 2023

El Jazz en la prisión.

 El Jazz en la prisión.

  Ed Pareta


El jazz en la prisión

 

En un tiempo que no tiene correlato con nuestro tiempo ni con nuestra dimensión, se llevó a cabo la lectura de la sentencia de un juicio tan inocuo como absurdo. El acusado no era una persona: era un estilo de música, y el juicio tenía carácter retrospectivo. Varias personalidades fueron a escuchar el veredicto en representación del acusado, aunque no tenían la obligación de hacerlo. 

El juicio lo llevó adelante una comisión de notables integrada por miembros de distintas religiones que en vida tuvieron relevancia en nuestra dimensión. Se abstuvieron de participar los miembros de religiones politeístas.

El acusado era el jazz, como expresión universal, material e inmaterial de la humanidad. La acusación se basaba en supuestas transgresiones del código de ética y moral ciudadana.

En representación del jazz se presentaron las siguientes personas: Louis Armstrong, que estaba aburrido y bajó al recinto; René Matheu, ex director de la Unesco, entidad que declaró Día internacional del Jazz al 30 de abril; y Billie Holliday, que no pierde oportunidad para agradecerle a “Satchmo” que le salvó la vida cuando ella era joven. Por cortesía del “Cielo de los argentinos”, fue Carlos Gardel para solidarizarse con los futuros condenados.

El encuentro entre Carlitos y Louis fue para alquilar ingrávidos balcones.

–Un gusto conocerlo –le dijo el trompetista al Zorzal.

–El gusto es mío –Gardel saludó con la sonrisa de coté que lo caracteriza, mientras se acomodaba el sombrero.

–¿Sabía, Mr. Carlos, que yo grabé “El Choclo”?

–¡Claro, hombre, y me gusta mucho la versión!

–Es que las músicas populares tienen mucho en común –Armstrong sonrió con todos los dientes.

–Don Louis, usted tocó en Buenos Aires en 1957.

–Claro, ¡cómo olvidarlo! Pero usted en ese año ya…

–Acá uno se entera de todo –dijo el Zorzal, con porteña contundencia.

–Fue una experiencia inolvidable –nostálgico, Satchmo perdió su mirada en una nube–. La gente se me tiraba encima, no me podía bajar del avión. Fue una locura.

–El público argentino es uno de los más cálidos, pero también es muy exigente –remarcó Gardel.

El comité acusador en el juicio al jazz, denominado C.E.R.D.O.S (Comisión Eterna de Regulación del Orden y la Sanación) estuvo formado por seis numerarios vestidos con una túnica de color blanco Túnez y pelucas blancas y enruladas. El recinto era blanco, color que fue elegido para simbolizar la pureza de la justicia. Los muebles eran efímeros y estaban delineados por gases inocuos.

–¿Le conté, Mr. Carlos, que terminamos en una comisaría?

–No, ¿cómo fue eso?

–Resulta que me invitaron a almorzar en una casa de familia y en la sobremesa nos pusimos a tocar. Un vecino hizo una denuncia por ruidos molestos, vino la policía y nos llevaron a la seccional. Después, hasta los policías me pedían autógrafos.

–Gente molesta hay en todos lados, don Louis.

Armstrong le confesó a Carlitos que había seguido con interés toda su carrera artística, y enseguida le pidió al Zorzal que le contara la historia de su encuentro con Piazzolla. “Ah, eso estuvo fenómeno –se entusiasmó Gardel–. Resulta que el papá de Piazzolla era conocido de mi arreglador y me quiso homenajear con una pequeña talla de madera hecha por él, y lo mandó al pibe a entregarla. Fue mi guía y traductor por unos días en Nueva York; luego, hizo un papel chiquito en la película “El día que me quieras”. ¡Quién iba a pensar que Astor se convertiría en un músico de trascendencia internacional!”.

–¡Qué historia alucinante! –Armstrong se quedó un instante en silencio, fascinado.

–Yo escucho todo a través de Skytify: a Usted, a Piazzolla, a Troilo –enumeró Carlitos contando con los dedos de la mano.

        ¿Le conté Mr. Carlos que a Troilo lo conocí cuando toqué en el Opera? -  dijo Louis con entusiasmo renovado.

      – ¿En serio? ¿Cómo fue eso? – respondió Carlitos sorprendido.

      –Sí, nos dimos un abrazo como si nos conociéramos de toda la vida.

      –Es un fuera de serie el gordo, yo lo veo a veces en “el cielo de los argentinos”

      – ¿Cuál es el cielo de los argentinos?

    –Ah, es algo muy interesante, después skyleelo.

    –Totalmente, el tiempo es lo que sobra acá – dijo Satchmo moviendo los tres dedos de su mano derecha como si tocara una trompeta virtual.

    ¡, señor!

 

Cuando Billie y Louis se encontraron, se dieron un abrazo eterno y comenzaron a contar anécdotas y a reírse en forma escandalosa. René Matheu también se reía, pero mantenía el recato que le imponía su investidura en las Naciones Unidas. Como era de esperar, los representantes del jazz fueron llamados al orden, lo cual produjo más hilaridad.

 

–Estos payasos están por leer la condena, yo vine para divertirme un rato.

–Sí, claro. ¿A quién se le ocurre hacer algo semejante? Yo vine porque quise conocerlos personalmente, a Usted y a Billie – Dijo el zorzal contento con su decisión de haber venido.

–Bueno, qué honor, Carlitos, yo no sabía que Usted vendría. Fue una agradable sorpresa.

Se dieron un largo y sentido abrazo mientras apareció una persona entogada y con voz de circunstancia dijo:

Señoras y señores. A continuación, será leído el fallo del superior tribunal de los Cerdos, quienes velan por el buen gusto y las buenas costumbres, en esta y en todas las dimensiones donde reina el supremo dios que las respectivas órdenes religiosas crearon para transitar y perdurar en la luz, y no caer en las desviaciones de la oscuridad del alma humana. Será este un veredicto simbólico que no prevé un cumplimiento efectivo por persona vaporosa alguna. El mismo establecerá las bases para un futuro entendimiento de la humanidad, sobre principios sanos y virtuosos de aquí a la eternidad.

El juez principal golpeó un martillo de humo símil madera sobre una base gaseosa constituida por flatulencias, lo cual le daba al estrado mayor densidad para que el golpe fuera contundente.

Este tribunal, integrado por representantes de diversas creencias monoteístas, se constituyó para juzgar al jazz por los delitos que se detallan a continuación, a saber: Exceso de libertad; Asociación ilícita; prácticas explícitas de integración racial; Apología del sexo libre; Uso y abuso de la creatividad, uso y abuso de la improvisación. Los delitos antes mencionados; están contemplados en los artículos 3540 a 3544.  En consecuencia y por lo argumentado, se condena al jazz a la pena de silencio reparador y contemplativo por el resto de los tiempos. Archívese y comuníquese, y establézcase como jurisprudencia.

Los miembros del tribunal se levantaron sacudiendo papeles virtuales y se fueron mutis por el foro. Los acusados explotaron en una carcajada homérica e hicieron cortes de manga y sendos fuck you.

Billy improvisó un scat sobre la armonía de New Orleans. Louis y Carlos la acompañaron con palmas.

Don Carlos, en el cielo de los argentinos, ¿hay hierba? – preguntó el trompetista llevándose los dedos pulgar e índice a su amplia boca

–Somos fabricantes – Respondió Carlitos con una sonrisa pícara

–Me voy a dar una vuelta, entonces.

–Venga cuando quiera, le voy a presentar a Fontanarrosa. A usted le va a encantar: es el inventor del “Cielo de los argentinos”.

–Hecho.

Se fueron cada uno por su lado, confirmando lo que en otra dimensión había afirmado Frank Zappa: “Los científicos argumentan que, debido a su abundancia, el hidrógeno es el bloque básico con el cual el universo está constituido. Estoy en desacuerdo. Pienso que hay mucha más estupidez que hidrógeno”


No hay comentarios:

Publicar un comentario