Cuando
tengo que realizar un trámite en el centro de esta ciudad caótica pero
maravillosa que es Buenos Aires, hago de cuenta que emprendo un viaje, tomo,
por lo general, algún transporte público y esto me asegura, si consigo
sentarme, que puedo leer o pensar en
alguna idea que me haga reír. La última idea que se me ocurrió, fue pensar que
después de “la tropilla de la zurda” no quedaban más metáforas hasta que
apareció una que dijo un cantante popular por estos días que merece ser
contemplada, dijo algo así como… “yo siempre fui telonero, grupo soporte de mi
pueblo” vaya que frase.
El viaje
en el 128 con destino a Almagro se me hizo más corto porque lo tome en plaza
Italia y logré sentarme y seguir leyendo un libro que me regalo un compañero de
trabajo que yo no lo habría elegido pero que me atrapo porque, como dice Franco,
mi amigo escritor, si la historia está bien contada, vale la pena. En dicho
libro…”La novena Revelación” se habla de los encuentros casuales que no lo son
tanto y porque uno se encuentra con determinadas personas en determinados momentos entre muchas otras cosas.
La
cuestión es que, una vez en Almagro y luego de retirar un cheque en la entidad
que me paga por mi trabajo me dirijo al banco, saco un número para cobrar y como había una cola importante, decido ir a un restaurante que está
justo enfrente del banco para hacer tiempo comiendo alguna cosita y de paso
ponerme al día con los humores desechables.
Pido el
plato del día, no aclaran de que día, que resultó ser un pollo con papas
españolas, me lo traen y apenas le entro, me di cuenta que no estaba muy rico
pero como tenía hambre, seguí con las masticaciones que no son 33 por bocado
como sugieren los que saben comer, en ese momento veo que llega alguien y ocupa
la mesa haciendo diagonal con la mía, levanto la vista y veo que era alguien conocido,
lo miro y me cae la ficha, es un cantautor argentino que no veía desde hace
mucho tiempo, él se fue a España donde tiene éxito y también canta en Francia.
Me
acerco y el me mira y luego de un momento me reconoce, entonces sobrevino la charla típica de dos personas que hace
mucho que no se ven, me cuenta que ahora está radicado acá pero que va y viene
a España porque tiene a sus hijos allá, que canta en Paris, donde es difícil
tocar y que te paguen, pero lo más importante que me contó, es que está
haciendo un trabajo de investigación con la murga de Buenos Aires, su origen, sus
influencias y que su espectáculo, tiene que ver también con algo didáctico en
ese sentido, luego me contó una anécdota que es la que les quiero compartir y que me preocupó un poco. En una gira que estaba
haciendo por el interior tocó en un pueblo que prefiero no nombrar, en época de
carnaval, luego del show, se le acerca el intendente de dicho pueblo y le dice…”
che lo tuyo todo muy bien, pero hace falta que pongas un poco más de “carne”
vos me entendés…” a lo cual, mi amigo
luego de salir de una súbita inmovilidad le dijo…no, pero esto es otra cosa, se
trata de cultura popular. Esto es lo que me hizo pensar, cuan machistas e
ignorantes son algunos gobernantes a los cuales les otorgamos graciosas
facultades para decidir por nosotros.
Nos
despedimos con mi amigo con un abrazo, previo intercambio de teléfonos y
promesas de invitaciones mutuas y me fui caminando por la avenida Rivadavia
inspiradora de canciones y fingiendo ser, aunque ella sabe que no es así, la
más larga del mundo.
Humberto Estero - (invierno 2013)