jueves, 16 de marzo de 2023

El Pleito

 

El Pleito

 

En los años noventa la televisión argentina, adoptando un formato importado, instaló en su grilla al mediodía un programa que era una corte de pseudo justicia. Un tribunal formado por un prestigioso abogado de doble apellido que hacía las veces de juez con la ayuda de asistentes, no había fiscal ni abogados defensores.  Llevaban adelante juicios que tenían sobre el final del programa, una resolución que no siempre dejaba conforme a todos.

El nombre del programa era en latín como para darle seriedad y una impronta atemporal. Había una tribuna constituida por ciudadanos.

Los conflictos tenían que ser domésticos que posibilitaran una rápida resolución.

A dicho programa fueron dos músicos con un pleito a resolver: la acusación de cometer plagio por parte de uno de ellos.

El juez golpeó con firmeza el martillo de madera sobre una base cuadrada que se encontraba en el escritorio y dió por comenzado el juicio.

El secretario leyó el conflicto en cuestión: Tal es el protocolo del programa, se preservaran los nombres reales y se llevará el proceso con seudónimos que los propios interesados eligieron. El acusador, de ahora en más: “El alemán” acusa al señor identificado como el “Gordo” Molly de plagiarle una rutina de trabajo en perjuicio del demandante por restarle trabajo. Hasta aquí el enunciado del problema señor juez.

-       Gracias señor secretario. Señor demandante, explicite en forma sucinta y según sus palabras, el pleito por el cual demanda al demandado – dijo el juez

-       Gracias señor juez, el problema es que este sujeto -. Señalando al gordo- me afanó una rutina que yo inventé

-       ¿Qué vos inventaste? Si el carnaval carioca es más viejo que Matusalen que decís – dijo Molly alterado.

-       Sí pero yo le di una forma particular, un orden por el cual lo hace muy especial y toda la gente sale a bailar de inmediato.

-       ¿Vos lo patentaste acaso? ¿dónde están los papeles?

-       Que te importa a vos los papeles gordo mercenario.

-       Momento – interrumpió el juez- en esta corte no se van a permitir epítetos agraviantes ni descalificaciones personales, si insisten, doy por cerrado el caso ¿Entendieron?

-       Si señor juez –contestaron ambos.

-       Bien, continuamos – dijo el juez - ¿Cómo podría demostrar que lo que usted inventó es algo especial por lo cual no debería replicarse sin su permiso?

-       Yo soy el inventor del cotillón que acompaña al carnaval carioca, pitos, matracas y antifaz. Antes, nadie lo había usado. Por otra parte; la sucesión de los temas la estudie haciendo una amalgama entre las armonías de las diversas melodías para que los bailarines no paren de bailar y no se produzca ningún bache, esto es muy requerido para las bodas antes de la mesa dulce. La gente enloquece.

-       Cualquiera, eso no lo inventaste vos, señor juez, no se deje engañar por esta persona.

-       Señor Molly Usted no me diga lo que tengo que hacer, estoy acá para impartir justicia y no me dejo llevar por comentarios de los involucrados. Que no se repita por favor.

-       Perdón señor juez.

-       Señor alemán, parecería a prima facie que el carnaval carioca y las prácticas que deriven de dichos vocablos, son  de dominio público. Le pongo un ejemplo: El Carnaval de Venecia es un giro que nos remite a la ciudad de Venecia pero ese giro es de uso público y no puede ser plausible de litigio al usar dicho giro idiomático ¿me entiende?

Nadie en su sano juicio podría reclamar para sí  el uso exclusivo del término carnaval ni tampoco carioca que refiere a un gentilicio determinado.

-       Sí pero carnaval carioca juntos constituyen un combo, es una forma de trabajo que se vende como tal y la versión que yo hago de esa rutina es única, no es igual si se hace de otra manera ¿me entiende señor juez?

-       Sí, ese punto se lo tomo. Es un giro idiomático que representa un bien que puede ser comerciable, pero eso sólo no alcanza para determinar que es de su autoría al menos que Usted presente el registro en la propiedad intelectual con los detalles que le dan un cariz especial y no tengo porque dudar de tal especie pero en tal caso, necesito más precisiones al respecto. Le pongo un ejemplo más práctico y es lo que pasa con los medicamentos; se basan en una droga determinada pero cada laboratorio le pone un nombre de fantasía, en ese caso, se me ocurre ahora El Chofitol es un preparado en base a alcachofa o alcaucil, cada laboratorio que fabrica con esa base de hierbas naturales  le asigna un nombre de fantasía distinto. Le aconsejo que registre su rutina y le ponga por decir: “El carioca alemán”.

-       Ya lo dijo el tordo vos no inventaste nada – acotó Molly con una sonrisa triunfadora.

-       Vos sabés que me robaste no te hagas el otario – dijo El alemán

-       ¿Cómo te dicen José Carioca?

-       ¿Encima de ladrón  te querés hacer el gracioso?

-       Claro, ahora te hacés el legal pero ¿te olvidaste cuando te presté plata?

-       Callate gordo que a vos para sacarte plata hay que operarte.

-       ¿Pero Ustedes se conocen? Preguntó el juez

-       Sí, este salame estaba muerto de hambre y lo traje a laburar  conmigo y ahí es que me robó la forma de trabajar y ahora no facturamos ninguno de los dos.

-       El sol sale para todos y vos no inventaste nada gil.

-       Ya vas a venir con el matungo cansado gordo chanta. Señor juez, le dejé a la producción los videos donde se ve que lo que hace él es un choreo.

-       Está bien, pero no tenemos forma de cotejar con su propia rutina y no llegaríamos a determinar el objeto de su acusación.

-       ¿Encima de que me acusás sin razón me filmaste? ¿sos de la KGB ahora?

-       Está bien. Damos por finalizado el debate – dijo el juez con cara de ofuscación.

 

El locutor se dirigió a los presentes con tono ceremonioso: Ahora vamos a una tanda comercial y luego el juez Luis Rodriguez Prado leerá la sentencia correspondiente al caso en cuestión.

Cuando regresaron de la tanda el juez leyó la sentencia:

“Este tribunal constituido está formado para hacer justicia en casos domésticos que no impliquen delitos graves. En ningún caso los dictámenes que se determinen en este estrado  tienen valor judicial de aplicación  concreta. Es el espíritu de esta producción televisiva el hacer docencia para permitir a ciudadanos comunes dirimir sus conflictos en forma no violenta. Dicho esto; el tribunal determina:

1)    Por falta de mérito, por no presentarse las pruebas contundentes por parte del acusador, se determina que no hay delito de plagio comprobable.

2)    Se absuelve al acusado por los motivos expresados en el punto 1.

3)    Se cierra el caso. Archívese para determinar la jurisprudencia correspondiente.

 

Cuando el programa terminó; se fueron los dos, demandante y demandado por la calle Lima con destino a Constitución.

 

.         - Che, estuvimos bien ¿Qué te pareció? – dijo el alemán a Molly

-       Sí, creo que fue creíble, además, nos dieron sándwich de miga, nos pagaron y morfamos con aire acondicionado ¿Qué más se puede pedir?

-       Y además ¿Qué otro laburo podemos pegar a esta hora?

-       Ninguno

-       Tenemos que dejar pasar unos meses y volvemos con otro quilombo.

-       Sí, olvídate, pero tenemos que ser cuidadosos porque se van a avivar

-       Che – dijo Molly - ¿Es verdad que tengo fama de tacaño?

-       Dejate de joder gordo, lo dije para darle pimienta.

-       Ah que hijo de puta.