domingo, 29 de septiembre de 2019

Crónicas de viaje / San Marcos Sierras


Crónicas de viaje / San Marcos sierras.
Primavera 2019 –
Ed Pareta

Bienvenidos al manicomio a cielo abierto le dijo una amiga a Noemí al llegar a San Marcos Sierras. La frase parece exagerada pero no tanto si tenemos en cuenta que loco se le suele decir a quien no encaja con las reglas establecidas y los hábitos “normales”.  Asimismo, cuando decís que venís desde Buenos Aires te dicen: Ahí sí que están todos locos.
Por las calles de tierra del pueblo podes encontrarte con un ex gerente de importante empresa que quebró en alguna de las crisis recurrentes del país, a un descendiente de cacique de las etnias Henia /Kamiare , conocidas vulgarmente como comechingones, a un auténtico hippie que ofrece sus artesanías como medio de vida,  a una joven mexicana que da vueltas al mundo en bicicleta y que en el camino ligó con un francés que está en el mismo plan, a un locutor que se cansó, entre otras cosas, de que pusieran en marcha a la madrugada los motores de los ómnibus escolares en la esquina de Sarmiento y Riobamba,  a gauchos con boina y alpargatas bigotudas, neo juglares, músicos, perros con dirección precisa cuyo objetivo es pedir comida en los bares que se encuentran enfrente de la plaza, etc.
El equinoccio de primavera, el viento norte: “El viento de los locos” y el árbol que se ofrecía de asiento, lograron que me animara a sentirme Cosimo por un momento y mirara desde arriba, aunque esto, a orillas del río San Marcos pasa desapercibido. La primavera se presentó en tiempo y forma y el pueblo la recibió con festejos en la plaza, ferias al lado del río y artesanos en la cuadra pasando  la plaza. En ese derrotero festivo nos encontramos con Violeta, la amiga que hicimos en uno de los viajes, quien nos dijo con excitación primaveral: Mas tarde hay música en la plaza, cierra el “Kenco”.  Siguió su viaje en busca de algo para comer.
Los aromos están florecidos y embriagan el ambiente con su perfume,  el aire es puro, los lugareños dicen que se debe a que tiene mucho iodo. Los cultivos, por la ordenanza municipal  numero 2005 están libres de agro tóxicos y no hay contaminación sonora ni visual.
Luego de escuchar a los músicos en sus diversos estilos, la cuerda de tambores  y el prometido cierre en el escenario, nos fuimos caminando a la posada de Ezequiel que dista a 2 km de la plaza. En una jornada que fue todo el tiempo, a su vez, víspera y fiesta. Con un cielo diáfano por prescindencia de neón, con la vía láctea como techo envolvente y cavilando respecto a una pregunta: ¿Una sociedad con estas características pertenece al pasado o será el futuro necesario para salvarnos como especie? En el trayecto, creí ver pasar por una de las calles laterales a la San Martín, a Dionisio, con una ánfora en la mano y una sonrisa pícara.

Dedicado a Hebe Uhart in memoriam – gran escritora y cronista de viajes por excelencia. Mensaje encriptado para los “Famas”: Todas las distancias fueron salvadas.




lunes, 16 de septiembre de 2019

Sarmiento /Crónicas de viaje


Sarmiento
Crónicas de viaje
Ed Pareta 9/2019.


Si venís desde el norte, podes tomar Sarmiento doblando a la derecha en Cerrito antes de que se convierta en Lima, en cambio, si venís desde el sur, la tomas doblando hacia la izquierda en Callao, pero si seguís por Sarmiento, podes llegar hasta el parque Centenario. Al prócer que le dio nombre a esta arteria urbana también lo podes abordar desde distintos tópicos ya que fue maestro, militar, escritor, presidente, senador, periodista.
Polémico, contradictorio y visionario, agrego. Cuando me interesé un poco más en la literatura, siguiendo la premisa de Borges, a saber, leer más que escribir, escuche muchos elogios de Sarmiento como escritor,  conseguí un ejemplar de Recuerdos de provincia de esos que están en la mesa de ofertas, de papel rústico y tapas duras (Cosidas y pegadas) esas ediciones me gustan mucho, también un Facundo “de bolsillo”.
El verano pasado, siguiendo el impulso de una epifanía, llegué a San Francisco del monte de Oro – San Luis; un lugar que no está comprendido en el circuito turístico habitual. No sabía que en este pueblo, Sarmiento fundó la primera escuela del país cuando tenía 15 años, vivía por entonces con su tío el fray José de Oro. Cuando pregunté si el nombre del pueblo se debe al fray, las opiniones estuvieron divididas, algunos afirmaban esa hipótesis, pero otros, dijeron que se debe al contenido de mica que tienen los cerros, entonces, cuando se baja desde la ruta hacia el pueblo a la tardecita, se ve un reflejo dorado por la luz del sol y por ello se llama “Monte de oro”. Pero lo que más me impactó, es que los que me contaron anécdotas de Sarmiento, lo hicieron como si transcurriera en un presente eterno, como si el cuyano alborotador viviera todavía en ese lugar y fuera posible verlo con tan solo doblar una esquina. Los parroquianos, con la impronta de un chisme de barrio, relataban con cierta tendencia a la exageración, como se debe, las razones por la cual el joven Domingo vivió ahí: “A Sarmiento lo mandaron a vivir con el tío porque la madre no lo aguantaba más en su casa” “Lo mandaron con el tío para ver si se enderezaba de una buena vez” esto demuestra el aspecto L’enfant terrible  de su personalidad relativizado en las biografías de la historia oficial, se me ocurre que hubieron de opacar el Oro para que resaltara el bronce.